Declaración del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, sobre Israel y el Territorio Palestino Ocupado
Amán, Jordania, 10 de noviembre de 2023
Sabah al-khair, gracias por estar aquí.
Me gustaría compartir con ustedes algo de lo que he visto y escuchado de palestinos e israelíes en los últimos días.
Acabo de hablar con un colega nuestro en Rafah, quien tuvo que huir de la Ciudad de Gaza con su esposa, que tiene siete meses de embarazo, sus dos hijos pequeños y otros familiares, cuando los edificios a su alrededor fueron destruidos por bombardeos israelíes. Sus hijos, de nueve y siete años, le hacen preguntas a las que no sabe cómo responder: “¿Por qué nos está pasando esto? ¿Qué hicimos?”
Otra colega palestina de la ONU en Gaza me contó cómo tuvo que huir a la 1 de la madrugada con sus hijos para encontrar refugio lejos de casa, y que siempre mantiene sus maletas cerca, ya que podrían necesitar huir de nuevo en poco tiempo. Su cuñada fue asesinada ayer, y sus amigos cercanos el día anterior. El agua escasea, y el miedo es omnipresente. Varios colegas me contaron que han tenido que lamentar las muertes de docenas de sus seres queridos durante el último mes. Fue un tema desafortunadamente recurrente que escuché en los últimos días.
En una breve visita al Hospital de El Arish en Rafah, Egipto, vi a muchos niños heridos en Gaza: un niño de tres años con dos piernas rotas, un niño y una niña de cinco años con quemaduras graves, una niña de ocho años con lesiones en la médula espinal, y otros. Estos son los niños “afortunados” que sufrieron terriblemente, pero siguen con vida y recibiendo el tratamiento médico adecuado.
Como saben, según el Ministerio de Salud de Gaza, aproximadamente 4,400 niños y niñas han sido asesinados en Gaza en el último mes. Muchos otros pueden estar atrapados bajo los escombros de edificios bombardeados. Más de 26,000 personas han resultado heridas y, o no pueden recibir atención médica debido al colapso del sistema de salud en Gaza, o se enfrentan a ser operados sin anestesia.
También escuché sobre personas con discapacidades que han perdido a sus cuidadores y su acceso a medicamentos esenciales. Decisiones imposibles que las personas han tenido que tomar sobre si dejar atrás a un miembro de la familia con discapacidad o correr el riesgo de ser alcanzado en el camino, o quedarse con ellos y correr el riesgo de ser alcanzados en casa.
También escuché a personas defensoras de los derechos humanos israelíes, profundamente angustiados y consternados por la situación de los civiles en Gaza. También les preocupaba el impacto que esto tenía en Israel. De hecho, me dijeron, y cito: “No se nos permite protestar por la paz: volveremos de esta guerra con mucha menos libertad. No sabemos qué tipo de sociedad emergerá al final de esto.” Y escuché de personas defensoras palestinas de los derechos humanos sus preocupaciones sobre las dobles normas. Enfatizaron los fracasos de la comunidad internacional por cumplir con su obligación de garantizar el respeto al derecho humanitario internacional y para usar su influencia para detener el sufrimiento inconcebible de los civiles en medio de esta locura.
Los atroces ataques de Hamas contra Israel el 7 de octubre deberían indignar a todas y todos de nosotros. Debe haber justicia, rendición de cuentas y recurso legal para las víctimas de estos atroces crímenes. Los rehenes deben ser devueltos a casa y el disparo indiscriminado de cohetes hacia Israel debe cesar.
Pero está claro que la paz duradera y la seguridad no pueden lograrse mediante el ejercicio de la furia y el dolor contra personas que no tienen responsabilidad por los crímenes cometidos, incluidos los 99 miembros del personal de la UNRWA que han sido asesinados. Esto es sin precedentes, indignante y profundamente desgarrador.
El extenso bombardeo israelí en Gaza, incluido el uso de armas explosivas de alto impacto en áreas densamente pobladas, arrasando decenas de miles de edificios, está teniendo claramente un impacto humanitario y de derechos humanos devastador. Después de cuatro semanas de bombardeos y ataques por parte de las Fuerzas Israelíes en Gaza, los efectos indiscriminados de tales armas en una zona densamente poblada son evidentes. Israel debe poner fin de inmediato al uso de tales métodos y medios de guerra, y los ataques deben ser investigados. Seguimos monitoreando los ataques y en una serie de incidentes con un alto número de fatalidades en toda Gaza, incluidos los ataques en áreas residenciales en Jabalia, Ciudad de Gaza, Al Bureij, Al Nuseirat, Al Meghazi y Khan Yunis. Considerando el previsible alto nivel de víctimas civiles y la gran escala de destrucción de objetos civiles, tenemos serias preocupaciones de que estos constituyan ataques desproporcionados que violan el derecho humanitario internacional.
Los ataques a hospitales y en las cercanías de hospitales en la Ciudad de Gaza han sido particularmente intensos, especialmente alrededor de los dos hospitales más grandes de la zona: el hospital Indonesia en Beit Lahiya y el hospital Al Shifa en la Ciudad de Gaza. Mientras tanto, los ataques en áreas circundantes dificultan el acceso a los hospitales, incluyendo por la destrucción de carreteras.
Algunos hospitales, incluidos los hospitales Al Quds y Al Shifa, también han recibido órdenes específicas de evacuación, además de las órdenes de evacuación generales para todos los residentes del norte de Gaza. Pero tal evacuación, como advirtió la Organización Mundial de la Salud, es una “sentencia de muerte” en un contexto donde todo el sistema médico está colapsando y los hospitales en el sur de Gaza no tienen capacidad para recibir más pacientes.
La ley humanitaria internacional es clara: otorga protección especial a las unidades médicas y exige que sean protegidas y respetadas en todo momento. Cualquier uso por parte de grupos armados palestinos de la población civil y los objetos civiles para escudarse de los ataques va en contra de las leyes de la guerra. Sin embargo, semejane conducta de los grupos armados palestinos no exime a Israel de su obligación de asegurar que los civiles sean preservados, y que se respeten los principios de distinción, precauciones en los ataques y la proporcionalidad. El incumplimiento de estas normas también va en contra de las leyes de la guerra, con un impacto devastador en los civiles.
Mientras continúan los bombardeos en Gaza por aire, tierra y mar, el prolongado asedio que ya dura más de un mes ha hecho para los residentes en Gaza una agonía encontrar necesidades básicas y, francamente, para sobrevivir. Todas las formas de castigo colectivo deben cesar.
Las demandas de que los civiles se reubiquen en una “zona segura” designada por las Fuerzas de Defensa de Israel también son muy alarmantes. Una llamada “zona segura”, cuando se establece unilateralmente, puede aumentar los riesgos para los civiles y además plantea verdaderas dudas sobre si la seguridad se puede garantizar en la práctica. En este momento, no hay ningún lugar seguro en Gaza, ya que se registran bombardeos en todas partes de la Franja. También es necesario dejar en claro que los civiles están protegidos por el derecho internacional dondequiera que se encuentren.
Lo que se necesita con urgencia, y lo he dicho muchas veces, incluyendo en el cruce de Rafah en Egipto, es que las partes acuerden un alto el fuego basado en imperativos críticos de derechos humanos: entregar alimentos, agua y otros bienes esenciales a las personas que desesperadamente los necesitan y donde los necesitan por toda Gaza; que todos los rehenes sean liberados; y abrir un camino hacia una solución sostenible para salir de esta situación espantosa en Gaza.
También hago un llamado, como una cuestión de urgencia, a las autoridades israelíes para que tomen medidas inmediatas para garantizar la protección de los palestinos en Cisjordania, quienes están siendo sometidos a diario a la violencia por parte de las fuerzas israelíes y de los colonos, así como malos tratos, detenciones, desalojos, intimidación y humillación.
Este año ya era el más mortífero registrado para los palestinos en Cisjordania, con alrededor de 200 muertes incluso antes del 7 de octubre. Ya habíamos emitido estas advertencias durante el último año. Desde principios de octubre, al menos 176 palestinos más, incluidos 43 niños y una mujer, han sido asesinados, la mayoría por las fuerzas de seguridad israelíes y al menos ocho de ellos por colonos. Más de 2,000 palestinos han sido arrestados y detenidos en operaciones severas en toda Cisjordania y hemos documentado casos alarmantes de maltrato a los detenidos y sus familias.
Este año, las fuerzas israelíes han utilizado cada vez más tácticas y armas militares en operaciones de aplicación de la ley. Solo ayer, al menos 14 palestinos fueron asesinados por las fuerzas israelíes en el campamento de refugiados de Jenin. También hubo otros cuatro heridos en Cisjordania. Las operaciones de aplicación de la ley en Cisjordania ocupada deben llevarse a cabo en estricto cumplimiento del derecho internacional de los derechos humanos.
También ha habido un fuerte aumento de la violencia y la apropiación de tierras por parte de colonos en Cisjordania. Desde el 7 de octubre, cerca de 1,000 palestinos de al menos 15 comunidades de pastores han sido expulsados de sus hogares. En el contexto del entorno coercitivo en el que viven, el desplazamiento de estas comunidades puede constituir una transferencia forzosa de población, lo que es una grave violación de la Cuarta Convención de Ginebra.
Pido a las autoridades israelíes que cumplan con sus obligaciones como potencia ocupante de proteger a la población palestina, que den órdenes claras e inequívocas a las fuerzas de seguridad para que garanticen la protección de la población palestina frente a la violencia de los colonos, y que exijan responsabilidades a quienes incumplan dichas órdenes. Israel tiene el deber de garantizar que todos los incidentes de violencia se investigan con prontitud y eficacia, y que las víctimas disponen de recursos efectivos. La impunidad continuada y generalizada de estas violaciones es inaceptable, peligrosa e incumple claramente las obligaciones de Israel en virtud del derecho internacional de los derechos humanos. Y espero que finalmente se rindan cuentas en estas circunstancias.
En el último mes, hemos documentado múltiples incidentes en los que los colonos se han organizado para impedir que los agricultores palestinos cosechen aceitunas, principal fuente de sustento en Cisjordania, incluso atacándoles con armas de fuego y obligándoles a abandonar sus tierras, robando la cosecha y envenenando o destrozando olivos. Las y los defensores de los derechos humanos reciben cada vez más amenazas de violencia si documentan las violaciones. Ayer escuché esto directamente de ellos.
Estos defensores de los derechos humanos -y mi Oficina- llevan muchos años dando la voz de alarma sobre el aumento de las violaciones de derechos humanos y la persistencia de la impunidad, advirtiendo de que, si no se toman medidas hacia la responsabilidad penal individual y el respeto del Estado de derecho, la situación podría agravarse.
En lugar de desacreditar y penalizar a las y los defensores de los derechos humanos -y a la ONU- por documentar violaciones, las autoridades deben garantizar la rendición de cuentas como un paso esencial para rebajar la tensión en estos momentos tan volátiles.
Hemos aprendido una y otra vez, a lo largo de la historia, que el extremismo sólo siembra más extremismo. Hay que tomar medidas para romper este ciclo de venganza, muerte, dolor y rabia.
También condeno enérgicamente el uso de un lenguaje deshumanizador, en particular por parte de los líderes políticos y militares de Israel, así como de Hamás. El único vencedor, en este contexto, es el extremismo que impulsa más y mayor violencia. El Gobierno de Israel debe tomar todas las medidas necesarias para poner fin a los incidentes de incitación al odio y a la incitación contra los palestinos. Algunas de las declaraciones de funcionarios de alto nivel no sólo son aborrecibles, sino que pueden constituir una incitación al odio y a la violencia, y en algunos casos podrían contribuir a demostrar la intención de llevar a cabo hostilidades de manera contraria a las leyes de la guerra.
Insto a los responsables de la toma de decisiones a que estudien y apliquen las recomendaciones de nuestros numerosos informes sobre derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, y a que den un paso atrás del precipicio al que han conducido el extremismo y la violencia crecientes.
Para poner fin a este ciclo de violencia y venganza contra comunidades enteras, es necesario que se lleven a cabo investigaciones significativas y se exijan responsabilidades. Cuando las autoridades nacionales se muestren reacias o incapaces de llevar a cabo tales investigaciones, y cuando existan narrativas controvertidas sobre incidentes especialmente significativos, es necesario que haya una investigación independiente e internacional.
Está claro que el status quo es insostenible y que debemos hacer todo lo posible para aliviar el sufrimiento de la población civil. Los Estados miembros con influencia deben esforzarse más que nunca para conseguir que las partes alcancen un alto al fuego, sin más demora.
Detén la violencia. Garantiza la seguridad de las personas trabajadoras humanitarias. Proporciona un acceso seguro para garantizar la ayuda humanitaria a todos los necesitados. Asegúrate de que las personas tienen suficiente para comer, agua limpia para beber, atención médica y refugio. Libera a los rehenes. Lleva ante la justicia – de acuerdo con la legislación sobre derechos humanos – a los autores de violaciones graves.
La solución a esta situación está en el fin de la ocupación y el pleno respeto del derecho a la autodeterminación de los palestinos. Como he dicho una y otra vez, para que termine la violencia, tiene que terminar la ocupación. Los Estados miembros deben invertir todos los esfuerzos necesarios para encontrar una paz sostenible para todos los palestinos e israelíes.
Declaraciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, en una rueda de prensa tras su visita a Rafah (Egipto).